Cómo evaluar  un proyecto terminado

Este punto es el más obvio y el principal: ¿se entregó el trabajo acordado? Si se trata de un sitio web, ¿está funcionando y con características satisfactorias? Si el proyecto era desarrollar una aplicación móvil, ¿se podría una versión estable y publicable? Si bien este factor es el primero a evaluar ya nadie se le escapa, no es el único aspecto a tener en cuenta.

Tiempos y plazos de entrega

Junto con el resultado en sí, otra cosa que debemos evaluar es si los períodos de tiempo en que se hicieron las entregas fueron satisfactorios y en línea con lo que el profesional había prometido. Después de todo, hacer entregas en tiempo y forma es un principio básico que cualquier buen profesional debería respetar. Claro que esto también depende mucho de los tiempos que uno como cliente maneja para brindar la información necesaria y comentarios sobre las entregas, pero esto es un punto aparte.

Comunicación

¿Cómo ha sido la interacción con el profesional? Algo útil para evaluar este punto correctamente y no quedarse sin problemas con una cuestión de percepción o sentimiento es hacerse algunas preguntas: ¿fue fácil entenderse con el profesional, era claro en sus comentarios y requisitos ?, ¿brindaba respuestas en términos razonables de tiempo? ¿Propició un buen clima de trabajo? Si bien existe la posibilidad de que un profesional o un cliente no sean malos en la comunicación sino que tengan otro estilo, será útil siempre recibir estas preguntas y tener una idea concreta sobre cómo nos hemos sentido en la comunicación durante el proyecto.

Habilidades enumeradas en la propuesta

¿El profesional cumplió con las aptitudes que aseguró tener cuando hizo su propuesta? Esto es útil para evaluar su honestidad, capacidad comercial e incluso aplicación de habilidades. Si, por ejemplo, en la propuesta prometida tener mucha experiencia con traducciones médicas, lo esperable es que al hacer el proyecto esto se nota y no surjan muchas demoras por tener que estar investigando el tema.

Valor agregado

Más allá de lo mínimo requerido por el proyecto, ¿el profesional aportó algo más? Esto no implica trabajo gratuito ni nada regalado, pero sí puede significar alguna opinión de valor, cierto punto de vista que no tengamos en cuenta y puede ser útil, o también también puede significar aportar su experiencia única y desarrollar la idea o necesidad un poco más allá de lo que uno, como cliente, planteó originalmente.

Oportunidades futuras

Desarrollar un proyecto tiene dos grandes beneficios: el primero es que permite satisfacer una necesidad de negocio eficientemente. El segundo punto, muy importante también pero a menudo menospreciado, es que permite trabajar con un profesional y la oportunidad a futuro que eso implica. Al conocer cómo trabaja un profesional podemos aprender mucho sobre formas de trabajo e incluso aspectos técnicos, y también podemos conocer más a esta persona, sus capacidades y ambiciones. Así, siempre que se trabaja con un profesional se está frente a alguien que tal vez sea útil contratar en el futuro o sumar a nuestro negocio con proyectos adicionales. Después de todo, encontrar excelentes profesionales con los que uno se sienta cómodamente trabajando no siempre es fácil por lo que es valioso utilizar las oportunidades de conexión.

Aprendizajes generales

Esto puede exceder al profesional. ¿Cómo ha sido para nosotros el desarrollo de este proyecto? Siempre es posible encontrar conocimientos útiles más allá del resultado entregado en sí; por ejemplo, ver cómo el profesional elegía presentar su trabajo, o algún aspecto técnico que no habíamos tenido en cuenta o temas de tendencias globales que solo empezamos al momento de desarrollar el proyecto y estar más metidos en el tema. Es útil evaluar esto también, ya que permite tener una idea más completa de todos los beneficios que conlleva avanzar con un proyecto; no es simplemente «ahora ya tengo texto específico traducido» sino que siempre hay factores adicionales muy valiosos.