Los 6 errores de los emprendedores “principiantes”

13 Jul 2020

 

Si estás iniciando un negocio propio, tal vez caigas en alguno de estos errores. Son los típicos “auto-boicots” a los que muchos emprendedores se ven afectados cuando están por dar el gran salto [y “emprendedor” no es específico quien monta un negocio web, implementa un proyecto ecológico para reducir los niveles de desperdicios de su ciudad o abre su tienda de dulces

1) “Tengo la gran idea”

Si. Todos empezamos y consideramos que la nuestra es “la gran idea”. Sin dudas puede serlo. Lo que no queremos es caer en simplificaciones y pensar “porque es mía es imbatible. No hay posibilidades de que no funcione ”. Pensar así resultó ser demasiado soberbio. ¡Lógico! ¿Cómo no pensarlo si tenemos toda la energía, motivación y convicción de emprender nuestro propio negocio? Es parte del entusiasmo del primer momento. Pero ojo, porque debes poder mantener los pies sobre la tierra para analizar con cabeza fría todas las variables que pueden conducir al éxito, o al fracaso. Sepárate de la idea, evalúala objetivamente y analiza si es viable o no.

 

2) “¿Y si me la roban?”

Uno de los grandes temores de los emprendedores es su idea. Y lo que tienen que tener en cuenta es que, si bien “la idea” juega un rol (más, menos) importante al emprender un negocio, no es definitivo. Lo esencial será cómo se llevará a cabo el proyecto. Si pensamos en ejemplos del mercado, probablemente notaremos que podrían tener empresas que consideren “exitosas” no tuvieron problemas “la” idea de negocio. Eso sí: supieron perfectamente cómo implementarla. ¿Microsoft? ¿Amazonas? ¿Manzana? Hubo tantas otras atrás, con la misma idea. . . pero ELLAS son las líderes. Si te privas de “contar” sobre tu idea, necesariamente te pierdas la oportunidad de generar redes fructífero que te sirva para la implementación de tu negocio,

 

3) “¿Un plan de negocios? ¿Para qué?

Desarrollar un plan de negocios es fundamental para darle una guía a tu proyecto. Y además te resultará esencial para salir a buscar financiamiento. Sí, te estoy escuchando: probablemente no sea lo más placentero del mundo, pero sin dudas es de gran ayuda: te traza una ruta, es útil para evaluar oportunidades (y cómo utilizarlas) y dificultades (y cómo hacerles frente), te sirve para realmente analizar la viabilidad del proyecto y responder “¿aquí hay un negocio o no?”. Así que a ponerle cabeza que vale la pena; es un recurso beneficioso que te ayuda a involucrarte de lleno con tu proyecto.

 

4) “Mi socio es de confianza. No necesito dejar todo por escrito ”

Independiente de a quién hayas elegido como socio, y si es lo que ha elegido, siempre – siempre – es recomendable dejar todos los acuerdos por escrito: roles, restricciones, beneficios para cada uno, cuánto va a ganar cada socio con el correr del tiempo , qué pasa si uno de los socios quiere abandonar el emprendimiento, y todos los detalles operativos que hacen la relación e interacción entre sí, y para con el proyecto. No es un detalle menor. Te aseguramos que te ahorrarás varias complicaciones a futuro. Y no tiene que ver con una cuestión de confianza.Es exactamente lo que cuando hay confianza es lo que pasan ciertas conversaciones o detalles por alto, establecemos las expectativas en la otra persona que no especificamos su correspondencia con la realidad, se asumen cosas que nunca se parecen, o se cae en malos entendidos.

 

5) “Todavía no es el momento”

Pensar, pensar, pensar y nunca arrancar. Te puede haber ocurrido también. Miles de ideas en tu cabeza, y en la práctica: nada. Sientes que todavía te falta recabar más información, que no tienes todos los conocimientos que deberías tener, que necesitas encontrar el socio ideal antes de poder avanzar, que no tienes el dinero que precisas, y tantos otros “peros”. Nunca encontrarás el momento justo para volcarte de lleno a tu proyecto, y lo postergas una y otra vez. Tú lo sabes: esas excusas son parte del miedo a largarte. Y sí: puede que todo ello sea real, pero si te quedas en la teoría no avanzas nunca. Puedes tener una excelente idea, pero si no empiezas con “algo” no pasará del plano mental. Que se haga realidad o no depende de ti.

 

6) “No encuentro el tiempo para dedicarme y avanzar con el proyecto”

Siempre hay tiempo. Es cuestión de encontrarlo. Si realmente quieres dedicarte a tu proyecto, el tiempo lo encontrarás hasta debajo del tapete. No estoy hablando con frecuencia de 10 o 12 horas diarias (ya vendrán esos tiempos) sino simplemente con menos tiempo de trabajo por día, reemplazando ciertas actividades por “algo más” que puedas hacer por tu proyecto. Tú mismo sabrás a qué recortarle horas. Con esto probarás si el interés y las ganas son genuinos, o pasajeros.

 

 

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